antoniodiaz1

Al leer tus palabras he recordado un poema que no hace mucho leí. Te lo copio:

NO HAY ITACA

No hay Ítaca, noble viajero, que sacie tu sed de tierra

ni patria que colme el deseo del regreso.

¿Hijos? ¿Padre o madre? ¿Una bandera

en la que no crees?

Pobre Ulises.

En Ítaca nadie te recuerda. Ninguna Penélope espera.

Es bueno tener siempre los ojos en el camino

sin mirar atrás, sin volver la vista a izquierda o derecha.

Los amigos se van quedando, uno a uno, en el olvido.

Todos traicionamos y mentimos, noble Ulises.

Todos acaban por marcharse o abandonarnos,

como tú, como todos.

Solo tu perro, el viejo y fiel Argos

te esperó, para morir a tus pies.

Pero tú, pobre Ulises, no volverás a Ítaca.

En Ítaca nadie te recuerda. Ninguna Penélope espera.

El mejor viaje es el viaje del alma

miles de voces por escuchar, miles de almas por conocer.

Quien se conoce a sí mismo conoce su destino.

Pero tú, pobre Ulises, náufrago del pesar,

tú eres Nadie,

sombra de hombre que rechazó ser dios y animal,

a ti, ¿ quién te ha de esperar?

No lo olvides, Ulises.

En Ítaca nadie te recuerda. Ninguna Penélope espera.

Si quieres, puedes perderte en los brazos de Calipso

y rumiar tu soledad en playas de fina arena,

lejos de los tuyos, de tu hacienda y de ti mismo.

¿A las sirenas prestarás oídos? Ve, pues, en su busca.

Sirenas no te han de faltar, noble Ulises.

Solo la patria, la tierra y el mar

nunca verás

porque la verdadera Ítaca está lejos, muy lejos,

como tu sed de eternidad.

No lo olvides, Ulises.

En Ítaca nadie te recuerda. Ninguna Penélope espera.